Hola a todos, antes de nada deciros que soy Julia, que esta semana le cojo el relevo a Álex, que es la que se encarga normalmente de la sección de Salud.
Bueno habréis notado que cuando me toca a mi subir post al Blog, tardo más de lo habitual y termina siendo a última hora del día cuando tengo un huequillo y me dedico a escribir, la carrera y esta semana sobre todo la gripe me han dejado poco tiempo para casi nada,
Álex os tiene acostumbrados a post de salud relacionados en su mayoría con el deporte, con unos buenos hábitos corporales, con la rehabilitación tras una lesión.
Bien, yo de eso no os puedo hablar, ni quiero, para eso tenemos una fisioterapeuta en plantilla, Quizás de las tres soy la más profunda. Y entender por profunda, la que más le gustan los temas de psicología, la amiga rara que le encantaría descifrar la mente de todos aquellos que estan a su alrededor y sobre toso la mia, para que mentiros, jaja. Más adelante cuando avance en mis estudios de enfermería os escribiré algun post sobre técnicas de curas o cuidados de enfermería y alguna otra entrada sobre mi especialidad, La Radioterapia, también caera con toda seguridad.
No os hago esperar más, el tema del que hoy os voy a hablar son Técnicas de Relajación.
Sé que muchos direis, vaya chorrada, yo no creo en que esas cosas funcionen, etc…
Vale, con este post no pretendo haceros creer que esto es una receta mágica y que los mismos ejercicios o técnicas valen para todo el mundo. No, como se suele decir cada uno de nosotros somos un mundo en si mismo, así que quizás lo que a mi me viene bien a mi vecina la del cuarto no le vale para nada.
El verano llegó a su fin, y con el otoño llegan las rutinas, el estres, del que ya hablamos en más de una ocasión, los agobios … ¿y eso a que nos lleva en muchas ocasiones? Pues a estados de animo bajos, al decaimiento, la apatia, procesos de ansiedad y en los casos más serios y extremos a principios de depresión.
Antes de hablaros propiamente de estas técnicas, quiero definir estos dos conceptos que se que todo el mundo sabe que no son lo mismo, pero en muchas ocasiones podemos confundirlos y no sáber que es lo que nos pasa. Vamos a ver que es la ansiedad y que es la depresión.
Ansiedad: Estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad. (Esta es la definición oficial pero yo si tuviera que decir con una sola palabra lo que es la ansiedad diría Angustia, estoy segura que la gente que, como yo, ha sufrido alguna vez procesos de este tipo estará totalmente de acuerdo conmigo).

Pongo esta foto, porque cuando sufres ansiedad es como si el tiempo fuera muy deprisa a veces y sintieras que haces las cosas muy rápido, así como otras veces todo se relantiza y el tiempo no avanza…
Depresión: Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas. (Hablamos de un proceso mucho más serio, en el que la ayuda profesional es imprescindible)
Ahora si que si, vayamos al meollo de la cuestión.
Los ejercicios de relajación nos ayudan a liberar cuerpo y mente y a disfrutar, un poquito más, de nuestro día a día.
- Control de la Respiración:
Con esta técnica vamso a prender simplemente a controlar nuestra propia respiración, para evitar respiracones superficiales, esos suspiros de agobio que nos puedes surgir en alguna socasiones y que no hacen más que aumentar nuestra angustia.
- Inspira por la nariz en lugar de por la boca.
- Respira suave y profundamente varias veces. Nota como se ensancha el abdomen en la inspiración (coger aire) y cómo se estrecha en la exalación (echar el aire).
- Haz un par de inspiraciones profundas por la nariz y a continuación dos exalaciones lentas y suaves por la boca.
Repite este procedimiento tantas veces necesites hasta que la sensación de angustia y agobio haya desaparecido 😉
2. Respiración Diafragmática: Un poco más complicada que la anterior, pero nada que con un poco de entrenamiento no se pueda conseguir.
- Colócate en una posición cómoda e intenta relajar los músculos.
- Sitúa una mano en el pecho y otra sobre el estómago.
- Toma aire lentamente por la nariz llevando el aire hasta la mano que tienes en el estómago. La mano del pecho debe quedar inmóvil.
- Cuando consigas llevar el aire hasta allí, retenlo durante un par de segundos.
- Suelta el aire poco a poco por la boca, de manera que sientas como se va hundiendo el estómago y la mano del pecho sigue inmóvil.
- Repite varias veces este ejercicio hasta que lo controles por completo 😉
3. Dejar la mente en blanco:
Parece algo imposible ¿verdad? Pues se puede lograr chicos.
- Escoge uno de los ejercicios de respiración propuestos.
- Mientras lo estás realizando, concéntrate solo en tu respiración.
- Cuenta las exalaciones lentamente, al ritmo que se producen. Es decir, centra tu cerebro en el número “uno, dos ” y así sucesivamente.
- Intenta llegar hasta el número cinco. (Las primeras veces)
- Si algún pensamiento cruza por tu mente, pon el contador a cero. (Y empecemos de nuevo 😉 )
- A medida que vayas dominándolo, ves aumentando el número de respiraciones con la mente en blanco.
4. Relajación Muscular Progresiva de Jacobson:
Esta ya es una técnica más completa, seguimos hablandod e la respiración, que como veis es el pilar de todas ellas, pero intentaremos relajar el resto de nuestro cuerpo progresibamente,
- Estírate en un lugar cómodo y relajado. Intenta que no haya interrupciones o molestias.
- Concéntrate en la respiración. Inspira profundamente y exala lentamente hasta que te sientas algo más relajado.
- Concéntrate en tu pie derecho. Visualízalo en tu mente y ténsalo. Aprieta los dedos y provoca una gran tensión en tu pie derecho.
- Cuenta hasta cinco y relaja los músculos del pie.
- Concéntrate en la sensación de relajación del pie.
- Haz lo mismo con tu pie izquierdo. Cuando lo hayas hecho continua con tus piernas, tus rodillas, las caderas, el abdomen, los brazos, las manos, los hombros, el cuello y la cabeza.
- Cuando llegues a la cabeza atiende especialmente a la relajación de las mandíbulas, el cuero cabelludo, las sientes y la frente, ya que son zonas que suelen acumular mucha tensión.
Bueno chicos, ¿Que os parece?
Hasta ahora hemos visto cómo controlar la respiración, técnicas propiamente respiratorias y por último hemos unido la relajación del resto de nuestro cuerpo para intentar aliviar las tensiones producidas en nuestro día a día. ¿Qué nos falta? Sí, efectivamente, la mente, tenemos que unir a todo esto alguna que otra técnica que este ahía a caballo entre la relajación y la meditación.
5. Visualización:
- Busca un lugar cómodo y donde puedas estar lo más tranquilo posible.
- Usa una luz suave y agradable.
- Pon música relajante a un volumen bajo, suficiente para que puedas escucharlo.
- Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración. Siente como el aire entra por tu nariz y sale por tu boca.
- Piensa en un cielo azul. Siente la energía que te da el sol, centra tu atención en el sentimiento que te provocan los días soleados, alegres.
- Disfruta de la visión del cielo durante un rato.
- Añade a tu visión el mar. Escucha el sonido de las olas.
- Inunda tu cerebro con esa visión y concéntrate en los sentimientos que te provoca.
- Cada vez estarás más relajado. Cuando lo consigas, visualízate a tí mismo, en ese mismo paisaje, tumbado en la hierba o sobre la arena de la playa, lo que más os guste. Sin nadie a tu alrededor.
- Disfruta de la sensación de relajación y paz que te inunda durante unos minutos.
- Visualízate a ti mismo levantándote en el paisaje y empieza a estirar los músculos del cuerpo. Poco a poco y sin abrir los ojos.
- A medida que vayas estirando ves tomando conciencia de nuevo de la música que te envuelve y, cuando estés preparado, abre los ojos de nuevo y bienvenido otra vez a la realidad.
Y hasta aquí el post relajante de la semana. Espero que os haya gustado la temática, que podais aplicar alguna de esta técnicas en esos momentos tensos que nos agobian en el día a día y que os sirvan como me sirvieron a mi en su día. (Esto me recuerda que debería volver a practicarlas jajaja)
Antes de despedirme solo deciros, que esto nunca debe de sustituir a las practicas o recomendaciones que un especialista, psicólogo o médico de cabecera os indiquen si padeceis cualquier tipo de problema, bien sea ansiedad, estres y bueno ya ni que decir de las depresiones o principios de esta. Recordar que admitir que tenemos un problema, que no nos sentimos bien, que no podemos controlar nuestras emociones (de esto también hablamos hace tiempo en un post), no nos hace más débiles, al revés es un simbolo de fortaleza de valentía, de ganas de coger el toro por los cuernos y acabar con todo aquello que nos desestabiliza.
Ahora ya sí que me despido y lo voy a hacer con dos fotos, si lo sé nos estamos aficionando, pero que queréis somos mujeres y nos encantan las fotos jajaja….
Un besito
Julia